martes, 2 de diciembre de 2008

***Catalogo de la Serie “Petalos de Fuego"








Trópicos
Nace del gozo de la observación, de la sorpresa, del descubrir la forma, la textura, el color, la fuerza y lo contrario de ésta: la delicadeza.
Todo este contexto, dentro de un elemento que tiene una vibra efímera y que en cada estación nos regala el disfrute de un colorido diferente. “Los labios de rosa”, hablemos de las rosas, cuando sus pétalos están compactos entre sí, que apenas permiten la entrada del aire y la leve luz del sol por su resistente muralla de pétalos, que se abren al paso de los días, permitiendo ver este proceso hasta convertirse en una flor madura, llena de fuerza y colorido, aderezada con espinas y tallo resistente que le permite ser erguida e inalcanzable… pero como nada es estático, esto es un proceso…para después ver concluido el efímero proceso de su vida: envejecer y caer con sus pétalos oscuros y deteriorados por el paso de los días. Así cada flor nos regala su belleza, llámese ave del paraíso, con su espigada y brillante combinación de azules y naranjas; el alcatraz: clásica flor entre los artistas, que todos de alguna forma nos hemos visto arrobados por su belleza, desde que es un cartucho cerrado hasta llegar a la plenitud de su apertura total, y qué decir de la flor de loto (nenúnfar) con sus enormes y extendidas hojas que aún con el paso de los días sus verdes cambian por un morado oscuro resistiéndose al compás del tiempo, manteniéndose con perenne dignidad; así pues la hojas puntiagudas del liquidámbar con su luminosa imagen ante el sol, o el floripondio amarillo, blanco o rosado con su delicada vellosidad ávida de luz y aire. Así la serie de Trópicos exalta la belleza y dignidad de todas y cada una de las flores que nos rodean en el contexto de nuestra cotidianidad.
28 de septiembre de 2004
Estela Jara

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